Margarita menor (Bellis perennis)
La margarita menor se emplea en jardinería para crear prados verdes cuando se cultiva junto al césped, donde aporta un gran colorido. En adición, esta especie resiste muy bien los cortes frecuentes. En estado silvestre, puede crecer en entornos muy diversos, desde dunas, bordes de arroyos y acantilados.
Las margaritas no son muy resistentes a la sequía y requieren mucha humedad. Hay que darles mucha humedad mientras se asientan. El período de germinación dura entre 10 y 20 días. Durante esta fase, debes regarlas cuando el suelo esté seco a una profundidad de 5 cm aproximadamente. Es mejor regarlas poco a poco para permitir que la tierra absorba el agua lo más profundo posible. Además, si plantamos margaritas en climas más cálidos, debemos asegurarnos de regar el césped en los períodos más tórridos y en las sequías. No les sienta bien que el terreno esté anegado, así que evita inundarlo.
Tanto el riego excesivo como el insuficiente serán perjudiciales para la salud de su Margarita menor, pero el riego excesivo es un problema mucho más común. Cuando esta especie recibe demasiada agua, sus tallos y hojas pueden empezar a marchitarse y pasar del verde al amarillo. El riego excesivo durante un período prolongado también puede provocar enfermedades como la pudrición de la raíz, moho y mildiu, que pueden matar a la planta. El riego bajo el agua es mucho menos frecuente en Margarita menor, ya que esta planta tolera bien la sequía. Sin embargo, el anegamiento sigue siendo una posibilidad y, cuando se produce, las hojas de Margarita menor se vuelven quebradizas y marrones. Cuando cuide de su Margarita menor, es fundamental que detecte cuanto antes los signos de riego excesivo. Algunas de las enfermedades derivadas del riego excesivo, como la podredumbre de la raíz, pueden no corregirse si se espera demasiado. Si observa signos tempranos de riego excesivo, reduzca inmediatamente el programa de riego. También puede evaluar la calidad del suelo en el que crece su Margarita menor. Si observa que la tierra drena muy mal, sustitúyala inmediatamente por una mezcla para macetas suelta y con buen drenaje. Por otro lado, si encuentra indicios de que su Margarita menor está recibiendo muy poca agua, lo único que tiene que hacer es regar con más regularidad hasta que esos indicios hayan remitido.
Las margaritas no necesitan necesariamente – ni les va bien – un suelo fertilizado artificialmente. En cambio, le sacan provecho al compost orgánico o al estiércol. Extiende y mezcla el fertilizante orgánico al aflojar el suelo antes de sembrar las semillas de margarita. Cuando las plántulas maduren, puedes añadir una capa de 5 cm de mantillo orgánico. La viruta de madera, o las agujas y la corteza de pino, serán suficiente. La cubierta vegetal ayuda al suelo a retener la humedad y a templar las temperaturas extremas. Además, el mantillo se descompone lentamente y aporta nutrientes adicionales al suelo.