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Confusión de confusiones

Confusión de confusiones


Confusión de confusiones es el primer libro escrito sobre los mercados de valores y la economía moderna en general. Fue escrito sobre la base de la primera bolsa de valores del mundo creada por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en 1688. La primera bolsa de valores de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales se inspiró en las cooperativas económicas bengalíes y del sudeste asiático, pero tenía características europeas distintivas. Todavía se considera uno de los diez mejores libros sobre la bolsa de valores del mundo1.

Escrito por el andaluz José o Joseph Penso de la Vega, nacido en el cordobés pueblo de Espejo en 1650, pertenecía a una familia judía sefardí. Su padre era un converso de Espejo que, en su día, hiciera un voto solemne en la mazmorra de la Inquisición de que dentro de un año después de recuperar su libertad profesaría abiertamente el judaísmo. Este juramento lo cumplió en Middelburg después de su huida a Amberes.

Si cito este libro se debe a que este título expresa muy bien el estado mental e ideológico de los movimientos de rebeldía en el mundo, especialmente de los movimientos de izquierda en Occidente. Con la aparición de la revolución burguesa y, especialmente, la industrialización, surgió un movimiento social en torno al mundo del trabajo en el que se reflejaba la “lucha de clases”, un término acuñado por el marxismo. Hoy, con el proceso de externalizar la industria para explotar mano de obra barata en países poco desarrollado, el concepto de lucha de clases ha cambiado radicalmente. Como lo vemos en numerosos conflictos sociales, esa lucha se ha solapado con otras muchas realidades sociales y políticas.

Por ejemplo, si hubiese que usar una terminología que defina el término de lucha de clases, nada mejor que la lucha del pueblo de Palestina entre el “sionismo” y la “liberación nacional”. El sionismo no es un fenómeno exclusivamente judío, aunque naciera dentro de esta comunidad, pues el sionismo refleja los intereses de las clases sociales más poderosas y avariciosa del mundo. El sionismo es como un polo de atracción para las clases dominantes, sean estas judías, musulmanas o cristianas. El sionismo es un fenómeno hegemónico, que nada tiene que ver con el judaísmo como creencia religiosa, ni tampoco con la historia del judaísmo.

Y lo lamentable es que la izquierda ha sido incapaz de mantener una autonomía ideológica, ni una estrategia independiente respecto a esta realidad hegemónica. Vemos cómo los partidos de izquierdas (socialistas, comunistas o verdes) en Europa, por un lado mantienen el apoyo a Ucrania con el argumento de combatir la invasión Rusa y la conquista de territorio y, por el otro, apoya a Israel que es el invasor y colonizador de tierras palestinas y el causante del genocidio que está perpetrando ante nuestra mirada. Es incomprensible esta doble moral de Occidente, pero ello tiene una explicación.

Como ya he dicho, el sionismo simboliza la ideología del poder dominante en el mundo, mientras que la lucha de clases no está representada por una corriente ideológica coherente, ni una estrategia clara. Y es en esa “confusión de confusiones” donde debemos indagar. Disponemos de análisis coherentes que, en su día, explicaron muy bien las causas económicas y políticas, el estado de la lucha de clases y la estrategia emancipadora, textos que se pueden encontrar en la numerosa bibliografía anarquista y marxista. No es tiempo de dormirse en los laureles, nos estamos jugando demasiado.

1.- Wikipedia

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