Malva real (Lavatera trimestris)
La malva Florida es considerada una de las especies más populares en los jardines españoles. ¿De dónde proviene esa popularidad? De su intensa y abundante floración que puede llegar a durar hasta tres o cuatro meses. Lo curioso es que esta especie, que es nativa de la zona mediterránea, comenzó a introducirse lentamente en los hogares a partir de la década de 1980. Desde entonces, no hay jardín, parque, terraza o balcón de España que no tenga (o quiera tener) una malva Florida.
Originario de regiones templadas, malva Florida prospera en ambientes que imitan su origen, requiriendo niveles moderados de humedad. Es resistente a períodos secos ocasionales pero funciona mejor cuando el suelo permanece consistentemente húmedo sin encharcamiento. Regar cada semana mantendrá su equilibrio de hidratación ideal. Dado su preferencia por condiciones constantes, malva Florida se cultiva más comúnmente al aire libre donde puede beneficiarse de los patrones naturales de lluvia. Como planta de floración, la vitalidad de las flores de malva Florida está estrechamente ligada a un riego adecuado y la precipitación estacional.
El malva Florida, especialmente las variedades más frondosas, se beneficia de la poda ocasional. La poda debe hacerse a finales de invierno o principios de primavera cuando hayan pasado las heladas. Si el tejido de la planta recién podada se expone a temperaturas de congelación, puede dañarse por congelación. Recorte los brotes hasta el primer conjunto de hojas, lo que estimulará un crecimiento nuevo y denso y saludable. Use tijeras limpias y afiladas y siempre desinfecte sus herramientas entre los cortes para reducir las posibles posibilidades de contaminación cruzada.
El malva Florida puede crecer bajo una amplia gama de condiciones de temperatura, con variedades más frondosas generalmente capaces de soportar temperaturas más cálidas. Esta es una planta resistente, capaz de soportar un invierno que descienda hasta -40 °F. Algunas variedades, como el Árbol malva Florida, pueden resistir bien la sequía una vez establecidas, y volverán a la vida cuando vuelvan las lluvias.